Historia del Mundo Contemporáneo

Tema 9: La economía de entreguerras

VOCABULARIO

  • BURBUJA ESPECULATIVA.- También llamada burbuja de mercado, burbuja financiera o manía especulativa. Es un fenómeno bursátil que se presenta toda vez que se negocian altos volúmenes a precios que difieren considerablemente de los valores intrínsecos. Las causas de las burbujas siguen siendo un desafío para la teoría económica. La burbuja especulativa de 1925 se produjo debido a un auge bursátil que fue resultado de la buena situación de las empresas y sus favorables perspectivas de futuro. Esta consistía en que el aumento del valor de las acciones se produciría sobre todo por el convencimiento entre los inversores de que cuanto antes compraran mayor sería la ganancia que obtendrían, resultado no del dividendo a recibir sino de la diferencia entre el precio de compra y el de venta (plusvalía bursátil). Este fenómeno forma parte de un mecanismo de psicología colectiva: ante la confianza de que las cotizaciones seguirían subiendo, ningún inversor quería ser el último en comprar, lo cual generó una gran demanda de valores bursátiles que hacía aumentar todavía más su cotización en el mercado.
  • CRACK DE LA BOLSA DE NUEVA YORK.- También crash y crac. Quiebra súbita y rápida. Se aplica al hundimiento de la cotización de las acciones de la Bolsa de Nueva York en 1929. El crack de la Bolsa de Nueva York (Octubre de 1929) fue el origen de una recesión económica sin precedentes, la mayor que haya sufrido el sistema capitalista a lo largo de su historia. Además de su trascendencia estrictamente económica acarreó importantes repercusiones sociales, políticas, morales e ideológicas que pusieron en entredicho el modelo liberal hasta entonces vigente. El 24 de octubre de 1929 ha recibido el nombre de "Jueves negro". Las razones de tal apelativo residen en que ese día la Bolsa de Nueva York, el mayor mercado de valores del mundo, se hundió y arrastró consigo a la ruina a miles de inversores desatando una crisis que condujo a la depresión de los años 30. Durante los meses precedentes se percibieron inquietantes signos de estancamiento en el mercado de valores. Una semana antes del crack se ejecutaron ventas de acciones superiores a lo normal. El 21 de octubre esas ventas se incrementaron, pero fueron contrarrestadas por las compras que realizaron las grandes entidades bancarias (Banca Morgan). Ese 24 de octubre se pusieron a la venta 13 millones acciones sin que en contrapartida las compras fuesen significativas. El martes 29 fueron 33 millones las que se enajenaron. La oferta masiva de títulos devaluó su cotización e impulsó a los inversores a desprenderse de sus activos. El camino hacia el crack había comenzado a pesar del esfuerzo de los bancos por evitar el desplome de las cotizaciones mediante la adquisición de valores. El intento fracasó y la Bolsa se hundió arrastrando consigo a todos los inversores entre los que hubo que contar importantes corporaciones financieras y bancarias. Más de un millón de familias quedó en la más absoluta ruina pues habían invertido sus ahorros, contraído créditos e hipotecado sus casas con la finalidad de adquirir unas acciones que inopinadamente habían perdido la mayor parte de su valor. El paso siguiente en el proceso fue la actuación de los bancos, que temerosos de la retirada de ahorros por parte de sus clientes, vendieron sus propias acciones con el fin de obtener liquidez, acentuado de ese modo la caída del mercado. Arruinados los inversores en bolsa, los ahorradores retiraron sus depósitos bancarios y con ello anularon la capacidad crediticia de éstos. Muchas entidades no pudieron afrontar la masiva retirada de capitales y quebraron. Las empresas fueron privadas de ese modo de una fuente esencial de financiación y se vieron empujadas a reestructurar la producción y sus plantillas laborales. Unas 32.000 firmas desaparecieron entre 1929 y 1932. La interrupción de los créditos al consumo constriñó la demanda y la actividad productiva industrial. La combinación de restricción de créditos, quiebras bancarias y cierre de empresas originó un paro sin precedentes (más de 15 millones de desempleados) y una importante reducción de los salarios. Lo ocurrido en Wall Street se reprodujo de una forma vertiginosa en las demás bolsas de EEUU, desde Chicago hasta San Francisco. Fue un triste final para un decenio marcado por el optimismo, el alto nivel de empleo y la prosperidad. A partir de esta crisis desapareció la confianza en la banca, los banqueros, la Bolsa y los agentes financieros. Se generalizaron las dimisiones y las quiebras. El impago y la morosidad en las hipotecas se dispararon. La clase media se redujo. Muchas personas quedaron sin trabajo. Aunque muchos analistas pensaron al principio que se trataba de un ajuste pasajero del mercado, el crack de Wall Street marcó el inicio de la Gran Depresión de la década de 1930, sentando las bases para la adopción del programa del New Deal por Franklin D. Roosevelt en 1933 y de las políticas Keynesianas.
  • CRISIS DE LIQUIDEZ.- Falta de recursos monetarios para hacer frente al pago de las deudas. La crisis de liquidez, como consecuencia del crack de la Bolsa de Nueva York, favoreció la expansión de la crisis. La caída de las acciones generó una cadena de impagos y provoco el cierre de muchas industrias y entidades bancarias. Además, la necesidad de liquidez forzó la retirada de inversores y de inversiones en Europa y la cancelación de muchos créditos a países exportadores de alimentos (países menos desarrollados). De este modo, la crisis se exportó al resto del mundo.
  • DEFLACIÓN.- La deflación es una caída de los precios en el conjunto de la economía que se prolonga durante varios períodos (al menos dos trimestres según el Fondo Monetario Internacional). Por lo tanto, se excluyen las caídas de precios en sectores concretos o que se produzcan de forma puntual. Se trata de una de las causas que originaron la Gran Depresión, junto con la sobreproducción industrial, la crisis de liquidez y la caída del consumo. Es el movimiento contrario a la inflación. Esta situación económica en que los precios disminuyen es producida por una falta de demanda o por un exceso de la oferta, y es mucho más maligna, y temida por los empresarios que la inflación. La disminución de los precios comporta un aumento del poder adquisitivo de la unidad monetaria del país. La deflación puede desencadenar un círculo vicioso: Los comerciantes tienen que vender sus productos para cubrir al menos sus costes fijos, por lo que bajan los precios. Con precios bajando de forma generalizada, la demanda disminuye más, porque los consumidores entienden que no merece la pena comprar si mañana todo será todavía más barato. Dado este círculo vicioso, la deflación se convierte en causa y efecto de la falta de circulación del dinero en la economía, porque todos prefieren retenerlo. Al final, la economía se derrumba, dado que la industria no encuentra salida a sus productos y sólo consigue pérdidas.
  • ESTADO DE BIENESTAR.- Las experiencias del New Deal y la planificación económica, iniciadas en la década de 1930, mostraron que el Estado debía jugar un importante papel para asegurar empleos a todos los habitantes, garantizar el bienestar de la población, impulsar el desarrollo económico y evitar crisis como la que se había producido en 1929. El Estado de bienestar se da cuando el Estado asegura la protección social, entendida ésta mediante derechos tales como la sanidad, la vivienda, la educación, los servicios sociales, las pensiones de jubilación o la protección del empleo o del empleado. El reformismo socialdemócrata, el socialismo cristiano, élites políticas y económicas ilustradas, y grandes sindicatos industriales fueron las fuerzas más importantes que abogaron en su favor y otorgaron esquemas más y más amplios de seguro obligatorio, leyes sobre protección del trabajo, salario mínimo, expansión de servicios sanitarios y educativos y alojamientos estatalmente subvencionados… El concepto, surgido en la segunda mitad del siglo XX, parte de la premisa de que el gobierno de un Estado debe ejecutar determinadas políticas sociales que garanticen y aseguren el ‘bienestar’ de los ciudadanos en determinados marcos como el de la sanidad, la educación y la seguridad social. Estos programas gubernamentales, financiados con los presupuestos estatales, deben tener un carácter gratuito, en tanto que son posibles gracias a fondos procedentes del erario público, sufragado a partir de las imposiciones fiscales con que el Estado grava a los propios ciudadanos. En este sentido, el Estado de bienestar no hace sino generar un proceso de redistribución de la riqueza, pues, en principio, las clases inferiores de una sociedad son las más beneficiadas por una cobertura social que no podrían alcanzar con sus propios ingresos. En general, casi todos los grupos políticos de las sociedades desarrolladas ejercitan políticas tendentes a conseguir un cierto Estado de bienestar. Pese a ello, existen diferencias entre las políticas que en este sentido aplican los partidos de tendencia liberal más conservadora (que entienden el Estado de bienestar como la garantía de que ningún individuo subsista por debajo de un mínimo umbral de calidad de vida) y las formaciones socialistas o socialdemócratas (para las cuales el Estado de bienestar significa la posibilidad de construir una sociedad más justa y solidaria).
  • FRANKLIN DELANO ROOSEVELT.- (1882-1945) Político estadounidense, presidente de Estados Unidos (1933-1945), el único elegido cuatro veces consecutivas; su programa, conocido como el New Deal, fue una respuesta a la Gran Depresión; durante la II Guerra Mundial, llegó a significados acuerdos con el resto de los aliados para derrotar a las potencias del Eje y establecer una organización internacional que gestionara la paz posterior. Era primo lejano de otro presidente estadounidense y premio Nóbel de la Paz, Theodore Roosevelt (1858-1919). Como miembro del Partido Demócrata, su carrera política empezó con su elección para el Senado del estado de Nueva York en 1910. Fue gobernador de Nueva York (1929-1933). Cuando en el año de inicio de su cargo neoyorquino comenzó la Gran Depresión, intentó extender la protección del gobierno del estado a la población urbana a través de la Temporary Emergency Relief Administration (Agencia de Socorro en Emergencias Temporales). Comoquiera que la crisis económica se agudizó, reunió al denominado Brain Trust (un grupo de profesores de la Universidad de Columbia que colaboraría más tarde en su asesoramiento para aplicar el New Deal) con el objeto de elaborar un programa global que diseñara soluciones para la Gran Depresión. Roosevelt ganó la nominación del Partido Demócrata a la presidencia, lo que le permitió derrotar fácilmente a Hoover en las elecciones celebradas en 1932. Su promesa electoral de “un nuevo reparto para el pueblo estadounidense” le llevó en 1933 a la presidencia. En una época de alarmante desempleo, con la bolsa de valores hundida, miles de bancos inmersos en procesos de quiebra y los precios de los productos agrícolas por debajo del coste de producción, el Congreso aprobó a petición de Roosevelt una serie de medidas de emergencia. El New Deal (nombre de la política económica y social aplicada por Roosevelt) apuntaba a la búsqueda de soluciones a largo plazo para la Gran Depresión. El conjunto de medidas legislativas puestas en práctica (mirar vocabulario New Deal) ha sido considerado como el comienzo del Estado de bienestar en Estados Unidos. Fue reelegido presidente en la cita electoral de 1936, 1940 y 1944, respectivamente. Antes de la II Guerra Mundial el país retornó a su tradicional aislacionismo. El ataque japonés a la base estadounidense de Pearl Harbor (Hawai) el 7 de diciembre de 1941 hizo que Estados Unidos entrara al día siguiente en el conflicto, alineándose junto a Gran Bretaña y la URSS. En la Conferencia de Yalta (febrero de 1945), Roosevelt, Churchill y Stalin organizaron el futuro de la Europa liberada tras la contienda, también se tomó la decisión de crear tras la guerra un organismo internacional con el objetivo de preservar la paz. Sin embargo, Roosevelt no pudo asistir al final de la guerra ni a la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Falleció el 12 de abril de 1945, y fue sucedido por su vicepresidente, Harry S. Truman.
  • HERBERT HOOVER.- (1874-1964), Ingeniero estadounidense, fue dirigente del partido republicano y elegido presidente de Estados Unidos poco antes del crack de la Bolsa de 1929. Como muchos otros norteamericanos, no supo captar la gravedad de la depresión y se atrevió a pronosticar que “la recuperación estaba a la vuelta de la esquina”, defendiendo que la economía se recuperaría por sus propios medios, oponiéndose a la intervención de los poderes públicos. Criticó a los países europeos, como el Reino Unido y Francia, por adoptar medidas de protección a los parados y postuló que las ayudas del gobierno solo conseguirán desincentivar a la población que dejaría de buscar soluciones por si misma. Como la crisis y el desempleo continuaron aumentando, finalmente se decidió a promover la creación de organismos estatales para facilitar liquidez a los bancos y promover préstamos para fundar nuevas empresas. Sin embargo, resulto too little, too late (“demasiado poco, demasiado tarde”) y en las elecciones de 1933 fue derrotado por el demócrata Franklin Delano Roosevelt, que presentaba un amplio programa de reconstrucción del país basado en la política del New Deal.
  • JOHN MAYNARD KEYNES.- (1883-1946), economista británico. Sus ideas, sustrato de una nueva escuela de pensamiento económico denominada keynesianismo, influyeron en el diseño de las políticas económicas de muchos países desde la finalización de la II Guerra Mundial. Su principal obra, La teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero (1936), es uno de los tratados teóricos más importantes del siglo XX. Nació en Cambridge, hijo del economista John Neville Keynes. Fue representante de su país en la Conferencia de Paz de París (1919). En el transcurso de ésta se opuso a los términos económicos establecidos por el Tratado de Versalles y renunció a su puesto, para después escribir Las consecuencias económicas de la paz (1919); en este escrito predijo que las enormes indemnizaciones impuestas a Alemania en concepto de reparaciones de guerra desembocarían en una inflación generalizada y empujarían al Estado alemán hacia el nacionalismo económico y la reaparición del militarismo. En 1930 escribió Tratado sobre el dinero, muy influido por el reciente crac de 1929 y sus primeras consecuencias. Keynes analizó en profundidad los problemas relativos a las depresiones prolongadas en La teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero. Argumentó la inexistencia de mecanismos de ajuste automático que permitan a la economía recuperarse de las recesiones. Afirmaba que el ahorro no invertido prolonga el estancamiento económico y que las inversiones empresariales dependen de la creación de nuevos mercados, de la utilización de nuevos adelantos técnicos y de otras variables. Puesto que la inversión empresarial fluctúa, no se puede esperar que ésta pueda preservar un nivel de pleno empleo y unos ingresos estables. Por ello, aseguraba que debían ser los gobiernos (factor ignorado hasta entonces), los que tendrían que convertirse en instrumentos económicos activos y compensar (a través de políticas económicas adecuadas) la insuficiencia de inversión privada durante una recesión con la reducción de impuestos y, sobre todo, con el incremento del gasto público. Así, defendió los programas económicos de inversión pública que ya se estaban ensayando en el Reino Unido y, muy especialmente, en Estados Unidos, donde el presidente Franklin Delano Roosevelt había afrontado la lucha contra la Gran Depresión con su política de New Deal. En 1942 recibió el título de barón Keynes de Tilton y, dos años más tarde, dirigió la delegación británica que asistió a la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas (más conocida por el nombre de Conferencia de Bretton Woods). Presentó en este foro el Plan Keynes, que promovía la institución de un organismo financiero internacional al que debían estar sujetos los distintos bancos centrales nacionales y que podría conceder créditos internacionales. Estas propuestas tuvieron una inmediata repercusión y, aunque no se materializaron exactamente según el modelo de Keynes, se tradujeron en la fundación del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
  • JUEVES NEGRO.- La primera manifestación de la crisis económica se inició cuando, ante el convencimiento de que las cotizaciones de la Bolsa no podían seguir subiendo, algunos inversores empezaron a poner sus acciones a la venta con la esperanza de obtener unos buenos beneficios. Pero, frente a la masiva oferta de títulos, las cotizaciones comenzaron a bajar, provocando un efecto en cadena que hizo incrementar todavía más el número de acciones a la venta. La desmesurada oferta comportó el desplome del valor de las acciones, lo cual provocó el llamado “jueves negro” (24 de octubre de 1929). Ese día el pánico se apoderó de los inversores y 13 millones de títulos fueron puestos a la venta sin que se encontrasen compradores. Fue el crack o crash de la Bolsa de Nueva York. A partir de entonces, al deseo de comprar lo antes posible para ganar más dio paso al de vender cuanto antes para perder lo menos posible. La caída en picado del valor de las acciones arruinó a muchos inversores. Las exigencias de los bancos de cancelar los préstamos para la compra de acciones comportaron otra oleada de ventas, que dio lugar a un “martes negro” el 29 de octubre. El camino hacia la Depresión había comenzado. Diecinueve millones de acciones se lanzaron al mercado y perdieron el 30% de su valor. Fue el inicio de la gran depresión de los años 30.
  • MUTIPLICADOR KEYNESIANO.- Forma parte de la teoría económica de Keynes resumida en su obra Teoría General de la ocupación, el interés y el dinero, de 1936. Sus planteamientos se basan en el aumento del gasto público, especialmente en obras públicas. El aumento del gasto inicial, transformado en salarios y bienes genera una nueva demanda, conocida como multiplicador keynesiano, en sectores económicos diversos. Keynes argumentó que el principal problema de la economía era la falta de demanda ante la caída de la inversión. Sin demanda los empresarios no tenían incentivos para aumentar la producción y el empleo. Por tanto proponía que el Estado incrementase el gasto público en actividades como obras públicas. El gasto del Estado generaría déficit público, pero eso no constituiría un problema, ya que si el Estado gastaba, aumentaba la demanda y ese gasto inicial, transformado en salarios y bienes, creaba nueva demanda sobre otros sectores (multiplicador keynesiano). El Estado con ello podría aumentar los ingresos por impuestos, y reducir, o incluso anular el déficit público inicial. Defendió la mejora de las condiciones salariales para aumentar la capacidad adquisitiva de la clase obrera. Argumentó que la prosperidad dependía de la inversión y el consumo, y no del ahorro. El papel de los capitalistas era invertir, y el de los trabajadores, consumir.
  • NEW DEAL.- (En inglés, ‘Nuevo Reparto’ o ‘Nuevo Trato’), nombre que recibió la política económica y social aplicada en Estados Unidos por el presidente Franklin Delano Roosevelt a partir de 1933 para contrarrestar los efectos de la Gran Depresión. Tanto Roosevelt como el Congreso de Estados Unidos aprobaron un programa de medidas económicas y la creación de nuevos organismos federales para intentar reducir el desempleo y restablecer la prosperidad mediante nuevos servicios, regulaciones y subsidios. Este programa hizo del gobierno del país, por vez primera, el impulsor del cambio económico, en contraste con su tradicional papel pasivo de índole liberal. El New Deal implica la intervención del Estado en la economía. Este programa de Roosevelt era muy contradictorio, proponía aumentar la intervención del Estado y, al tiempo, reducir el déficit público recortando gastos. Las medidas más importantes del New Deal no implicaron un gran incremento del gasto público, sino que trataron de luchar contra el descenso de los precios (deflación), creando organismos para regular la producción y los precios. A partir de la Ley de Ajuste Agrario se creó el Agricultural Adjustment Administration (AAA), con el fin de reducir la producción agraria y recuperar los precios. Por su parte, la Ley Nacional Recuperación Industrial (NIRA) creó dos organismos oficiales: el National Recovery Administration (NRA) para fomentar los acuerdos de precios entre empresas y evitar su reducción, y la Public Works Administration (PWA) para promover grandes proyectos de infraestructuras que redujesen el desempleo y aumentasen la demanda. Dentro de este proyecto surgió el Tennessee Valley Authority, que construyó grandes presas hidroeléctricas en una de las zonas más deprimidas de Estados Unidos. Con el objetivo de impedir una crisis especulativa y bancaria, Roosevelt estableció un rígido control estatal sobre los bancos para asegurar su solidez financiera, al mismo tiempo que creó un seguro federal para garantizar las cuentas de los pequeños inversores en caso de quiebra bancaria. También se formó una comisión de valores y cambio, encargada de supervisar las emisiones de acciones y velar por el buen funcionamiento del mercado bursátil. Finalmente, y para favorecer las exportaciones, se impulsó una política monetarista, que devaluó el dólar en más de un 40% en el año 1934.
  • PLAN DAWES.- Plan Dawes, convenio establecido en 1924 para reducir las reparaciones impuestas a Alemania después de la I Guerra Mundial (1914-1918), derivadas del Tratado de Versalles. Una comisión internacional presidida por el banquero estadounidense Charles G. Dawes presentó un plan en el que se fijaban cantidades más razonables para las reparaciones y se facilitaban créditos en el extranjero, procedentes principalmente de Estados Unidos, para ayudar a Alemania a cumplir los plazos de sus pagos. El proyecto fue tajantemente rechazado por los políticos nacionalistas alemanes, que lo calificaron de esclavitud económica. No obstante, el ministro de Asuntos Exteriores, Gustav Stresemann, consiguió el voto favorable de las dos terceras partes de la cámara, el margen necesario para aprobar la propuesta, contando con el apoyo de los socialdemócratas y aprovechando las divergencias en el seno del principal partido nacionalista, el Partido Nacional del Pueblo Alemán. El 27 de agosto de 1924 el Parlamento alemán aprobó el Plan Dawes. En este proyecto se proponía que las tropas francesas y belgas, que habían ocupado la región industrial alemana del Ruhr desde 1923 para asegurar el pago de las reparaciones, se retiraran en 1925. Los alemanes, por su parte, tenían que comprometerse a entregar parte de sus fondos, tales como los ingresos procedentes del sistema ferroviario estatal, para costear las indemnizaciones. El banco nacional de Alemania también debía someterse a controles externos. Este plan fue reemplazado en 1929 por el Plan Young, en el que se reducían las cantidades previstas para las reparaciones.

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