Historia del Mundo Contemporáneo

Tema 5: Segunda Revolución Industrial e Imperialismo

VOCABULARIO

  • CARTEL.- Acuerdo formal o informal entre empresas del mismo sector, cuyo fin es reducir o eliminar la competencia en un determinado mercado. Los cárteles controlan la producción y la distribución. Sus principales actividades se centran en fijar los precios, limitar la oferta disponible, dividir el mercado y compartir los beneficios. En la actualidad, el término se suele aplicar a los acuerdos que regulan la competencia en el comercio internacional. Los cárteles surgieron en Alemania en la década de 1870, coincidiendo con el crecimiento de la economía en dicho país. Se considera que el éxito que obtuvieron fue hasta cierto punto responsable de la política exterior alemana que conduciría a las dos guerras mundiales. Durante la I Guerra Mundial, el gobierno alemán utilizó los cárteles para producir armas y otros materiales bélicos. A lo largo de las siguientes dos décadas las empresas alemanas siguieron controlando de un modo global la producción. Al iniciarse la II Guerra Mundial, casi toda la industria alemana estaba organizada en torno a cárteles, promovidos y controlados por el gobierno. Los defensores de los cárteles afirman que éstos ayudan a estabilizar los mercados, a reducir los costes de producción, a eliminar aranceles elevados, a distribuir los beneficios equitativamente y a beneficiar a los consumidores. Sus detractores señalan que, cuando no existe competencia, los precios son mayores y la oferta menor. Hoy en día se considera que sus inconvenientes son mayores que sus ventajas y a menudo se establecen límites legales para restringir el desarrollo de nuevos cárteles.
  • CHOVINISMO.- Nacionalismo excesivo y enaltecimiento de la convicción propia o de un grupo, que suelen ir acompañados de una actitud beligerante y agresiva. El término procede del nombre de un soldado francés, Nicolas Chauvin, que continuamente ensalzaba los logros de Napoleón, incluso después de su derrota en Waterloo en 1815. La admiración de Chauvin por su ídolo le convirtió en el blanco de las burlas. El chovinismo, considerado por lo general un fenómeno social moderno, ha sido asociado con frecuencia al imperialismo y al militarismo exacerbado.
  • COLONIA.- El gobierno británico implantó un modelo de organización administrativa que, con modalidades diversas, se generalizó al resto de los imperios coloniales. Las colonias, según el tipo de gobierno se dividieron en: colonias, protectorados, dominios y mandatos. Las colonias no tenían gobierno propio, dependían directamente de la administración metropolitana, que ejercía una verdadera política de ocupación. La autoridad solía estar en manos de un gobernador, que actuaba ayudado por un numeroso grupo de funcionarios, que constituían una auténtica élite dirigente. Estos territorios eran también los que estaban sometidos de una forma más absoluta a los intereses económicos de la metrópoli.
  • COLONIAS DE ASENTAMIENTO Y DE OCUPACIÓN.- Asentamiento: Emplazamiento permanente de los individuos en zonas geográficas determinadas. Ocupación: Invasión, toma de posesión o apropiación de un lugar, especialmente si es de forma violenta o ilegal. El Imperialismo es la culminación del colonialismo iniciado en el siglo XVI. En primer lugar, los viejos imperios estaban ubicados principalmente en el continente americano, en cambio, en la nueva etapa, la ocupación se realiza sobre todo en África, Asia y el Pacífico. En segundo lugar, las antiguas colonias habían sido fundamentalmente de asentamiento, donde los emigrantes habían creado sociedades similares a las europeas, las nuevas serán sobre todo, territorios de ocupación, donde una pequeña minoría de europeos ejercerá el control político y económico.
  • COLONIAS DE EXPLOTACIÓN.- La extensión de los imperios, su lejanía de la metrópoli y la diversidad social de su población empujaron a las metrópolis a crear sistemas específicos de gobierno y administración para los territorios coloniales, una de ellos es éste. Tenía escasa población emigrada de la metrópoli y se centraban en la explotación sistemática de sus recursos.
  • COLONIAS DE POBLAMIENTO.- Sociedades tribales sin estructuras políticas consolidadas, que contaba con un fuerte contingente de población europea emigrada que gozaba de los mismos derechos y privilegios que los metropolitanos y se imponía a la población indígena.
  • CONCENTRACIÓN EMPRESARIAL.- Las enormes inversiones, necesarias para financiar las innovaciones tecnológicas, escapaban al alcance de las empresas pequeñas o familiares dando lugar a un proceso de concentración empresarial. Sólo las grandes empresas eran capaces de hacer frente a la guerra de precios, a la competencia y a la renovación constante, imprescindibles para conquistar nuevos mercados. Fueron fusiones entre pequeñas empresas y acuerdos entre bancos e industrias, apareciendo gigantes empresariales. La concentración puede ser vertical (integración técnica, dentro de una misma empresa, de todas las fases del proceso productivo, desde la extracción inicial de los recursos naturales hasta la comercialización), u horizontal (proceso de carácter financiero por el que una empresa agrupa diversos establecimientos dedicados al mismo tipo de producción, mediante fusión o absorción. Junto a la reducción de la competencia y la formación de oligopolios suele conllevar una reorganización productiva mediante la especialización de sus diversas unidades). Desde el punto de vista financiero, entre las formas más habituales encontramos el cártel (organización formada por varias empresas que se agrupan para comercializar su producción y limitar la competencia mediante la fijación de precios, no supone para la empresas la pérdida de independencia técnica, económica o jurídica, sólo es vinculante en los precios; por ejemplo: la OPEP); el trust (acuerdo por el que una serie de empresas independientes ceden sus acciones a un grupo de depositarios. El poder de control queda en manos del trust, es una concentración financiera que puede alcanzar carácter monopolístico. El primer ejemplo histórico es el de la Standard Oil Trust, en EEUU en 1882. En la mayoría de países hay leyes antitrust); el holding (sociedad financiera o de cartera que controla las actividades de otras mediante la adquisición de todas o de una parte de sus acciones, en ella las decisiones son cada vez más centralizadas y su crecimiento va acompañado de la diversificación de actividades, asegurándose la integración vertical de los procesos productivos, incluye la comercialización, las sucesivas transformaciones, el sistema crediticio…).
  • CONCENTRACIÓN HORIZONTAL.- En inglés: horizontal integration. Concentración empresarial donde se asocian un grupo de empresas de un mismo ramo productivo, por ejemplo, el siderúrgico. O dicho de otro modo: concentración de empresas de la misma industria que operan en la misma etapa del proceso productivo. Se crearon a partir de la fusión de pequeñas empresas o acuerdos entre los bancos, para poder financiar las innovaciones tecnológicas. Estas grandes empresas si que eran capaces de hacer frente a la guerra de precios, a la competencia y a la renovación constante, imprescindibles para conquistar nuevos mercados.
  • CONCENTRACIÓN VERTICAL.- En inglés: vertical integration. Concentración empresarial que se crea agrupando a sociedades que ejercen actividades complementarias, por ejemplo: carbón, mineral de hierro y siderurgia. O dicho de otro modo: concentración de empresas de la misma industria pero que operan en diferentes etapas del proceso de producción.
  • CONCESIONES.- Eran territorios cedidos o alquilados a la metrópoli durante un tiempo determinado. Se trataba de enclaves codiciados por su interés estratégico o comercial, o por poseer materias primas (minas o petróleo) en cuyo caso se arrendaba su explotación. Éste fue el caso de la concesión de Hong Kong a Gran Bretaña por parte de China tras la primera guerra del opio. La cesión se acordó por cien años, y en 1997 este territorio fue devuelto a la República Popular China.
  • CONFERENCIA INTERNACIONAL DE BERLÍN.- Reunión de representantes de catorce países europeos y de Estados Unidos, celebrada entre 1884 y 1885 para tratar asuntos relacionados con las reclamaciones comerciales y territoriales sobre lo que se dio en llamar el reparto de África. Durante la reunión, que tuvo lugar en Berlín (entonces capital del II Imperio Alemán), las potencias llegaron a un acuerdo sobre la posesión de las tierras de la cuenca del río Congo y establecieron las bases generales y la justificación de posteriores ocupaciones. La Conferencia fue convocada debido a la rivalidad entre distintos estados europeos y a la preocupación por el equilibrio de poder colonial. A finales de la década de 1870 y principios de la década de 1880, el rey de Bélgica, Leopoldo II, trató de satisfacer sus intereses personales utilizando los servicios del explorador anglo-estadounidense Henry Morton Stanley para hacer valer sus derechos en la región del curso bajo del río Congo, un área que ya había sido reclamada por Portugal. Basándose en los tratados negociados por el explorador francés Pierre Savorgnan de Brazza en 1880, Francia también disputaba sus derechos sobre las tierras próximas al río. A su vez, Gran Bretaña y Francia eran competidoras potenciales en el comercio fluvial del curso bajo del río Níger. Los comerciantes europeos apremiaron a sus gobiernos para que protegieran sus respectivos intereses comerciales en África frente a sus rivales. Ante esta presión, el canciller alemán Otto von Bismarck reclamó el control sobre tres colonias africanas (Togo, Camerún y África Suroccidental Alemana) a mediados de 1884. Este creciente afán por el dominio de territorios africanos, conocido como el reparto de África, estuvo a punto de provocar un conflicto entre las naciones europeas. Bismarck, con el apoyo de Francia, convocó una conferencia para dirimir las rivalidades de las potencias coloniales. La mitad de los países que acudieron a la reunión, entre ellos Estados Unidos, carecían de intereses coloniales en África; no obstante, fueron invitados para aportar una perspectiva ecuánime ante las disputas de países rivales y para sentar las bases de la aprobación internacional con respecto a conquistas territoriales futuras. LOS ACUERDOS ADOPTADOS.- La Conferencia se reunió en Berlín a partir de noviembre de 1884. Las negociaciones sobre los derechos de la zona del río Congo se celebraron de forma independiente en Londres, París y Bruselas. Tras su conclusión en febrero de 1885, los representantes enviados a la Conferencia reconocieron la soberanía del rey Leopoldo II sobre la mayoría de los territorios de la cuenca del río Congo, que comprendían gran parte de lo que posteriormente sería el Estado Libre del Congo (Congo Belga desde 1908 y actual República Democrática del Congo). También se otorgó legitimidad a la reclamación de Francia sobre los territorios de la margen oriental del Congo, que pasarían a ser el Congo Francés (actuales Gabón y República del Congo). A Portugal sólo se le concedió un pequeño territorio en la desembocadura de este río. Los miembros de la Conferencia también reconocieron la reivindicación de Togo, Camerún y el África Suroccidental Alemana (actual Namibia) realizada por Alemania. En una de las cláusulas finales, los representantes acordaron el libre comercio fluvial en el río Congo y la libre navegación en el río Níger. Asimismo, establecieron las bases para ulteriores reclamaciones territoriales en África: cada país estaba obligado a notificar a los restantes su reivindicación, que debía ir seguida de la “ocupación efectiva” del territorio en cuestión. Los participantes también se propusieron metas como el cese del tráfico de esclavos y la expansión de la civilización, el comercio y el cristianismo entre los pueblos africanos. El legado de la Conferencia de Berlín ha quedado ensombrecido con el tiempo. Numerosos estudiosos consideran que los representantes europeos se repartieron el territorio africano durante este encuentro. La Conferencia de Berlín tuvo un valor simbólico. Su celebración en una capital europea, a miles de kilómetros de África, sin la presencia de ningún representante africano, refleja la incuestionable actitud de superioridad mantenida por Europa, una actitud latente en el reparto y en la anterior práctica del colonialismo. Fue la primera demostración pública de que los países europeos estaban decididos a tomar el control en África, proyecto que llevarían a cabo durante los veinticinco años siguientes.
  • DARWINISMO SOCIAL.- Teoría que establece que el desarrollo de los seres humanos y las sociedades se ajusta al patrón descrito por el naturalista inglés Charles Darwin en su teoría de la evolución por selección natural. Los seguidores del darwinismo social sostienen que las personas y grupos sociales, así como los animales y las plantas, compiten por la supervivencia, en la cual la selección natural es resultado de la “ley del más fuerte”. El darwinismo social se originó en Inglaterra, fue el sociólogo inglés Herbert Spencer quien formuló el principio sobre la “supervivencia de los más aptos” seis años antes que Darwin. En su obra La estática social (1851) y en otros estudios, Spencer defendió que a través de la competencia la sociedad evolucionaría hacia la prosperidad y libertad individuales, una teoría que ofrecía la posibilidad de clasificar a los grupos sociales según su capacidad para dominar la naturaleza. Desde este punto de vista, las personas que alcanzaban riqueza y poder eran consideradas las más aptas, mientras que las clases socioeconómicas más bajas, las menos capacitadas. Esta teoría fue utilizada por algunos como base filosófica del imperialismo, el racismo y el capitalismo a ultranza y contribuyó al auge del nazismo. La ideología que se desprende de esta visión de la sociedad se encuentra a lo largo de la historia íntimamente relacionada con posturas sexistas y racistas como también en la forma de justificativo para respaldar en el plano teórico situaciones de injusticia social, tales como la falta de derechos igualitarios entre mujeres y hombres, o entre clases sociales o etnias diferentes.
  • DOCTRINA MONROE.- Frente a los intereses económicos de los países imperialistas europeos, los Estados Unidos temían que hubiese un intento de volver a colonizar América. Para evitar que eso sucediera, fue creada la Doctrina Monroe por el entonces presidente James Monroe, en 1823. El lema de la campaña era: ‘América para los americanos’. Conforme a esa doctrina, Europa no debería crear colonias en el continente americano. Por otro lado, los Estados Unidos no intentarían crear colonias en África y Asia. La Doctrina Monroe acabó, futuramente, influyendo en la creación del a política del Big Stick, según la cual los Estados Unidos podrían intervenir en los países americanos cuando creyesen necesario. Aparentemente, los Estados Unidos estaban haciendo frente a Europa para defender el continente. Sin embargo, lo que era defendido eran los intereses norteamericanos.
  • DOMINIO.- Territorio con escasa población indígena, en los que la minoría blanca dispuso de gobierno y de sistema parlamentario propio, aunque mantenían relaciones de dependencia con la metrópoli. Así, Nueva Zelanda alcanzó su autogobierno en 1854, Canadá en 1867, Sudáfrica en 1872 y Australia en 1890.
  • FACHODA.- El conflicto de intereses entre Francia y Gran Bretaña originó fricciones que a punto estuvieron de desembocar en contiendas armadas. Un ejemplo lo constituyó el incidente o crisis de Fachoda (actual Kodok), localidad enclavada en Sudán, en un territorio al este del lago Chad, en el alto Nilo, donde coincidieron franceses y británicos que pretendían la construcción de un ferrocarril que uniese parte de sus respectivas colonias africanas. Para abrir camino y defender sus posiciones los franceses enviaron desde el Oeste un ejército, mientras que los británicos hicieron lo propio con tropas incorporadas desde Egipto. La retirada de los franceses ante la inferioridad numérica de sus tropas permitió a los británicos controlar la región de Sudán, consiguiendo con ello el dominio casi ininterrumpido de los territorios que enlazaban el norte y el sur de África.
  • GUERRA DE LOS BÓERS.- Conflicto que se desarrolló por los intereses imperialistas, en dos fases (1880-1881) y (1899-1902). Ambas enfrentaron al Reino Unido con los colonos holandeses, llamados bóers (granjeros) de Sudáfrica, a raíz de la pretensión de Cecil Rhodes, por entonces primer ministro de la colonia de El Cabo, de imponer el dominio británico en toda la zona. Los bóers habitaban las repúblicas vecinas de Transvaal y Orange, donde se habían instalado a mediados del s. XIX, huyendo de la ocupación británica. La noticia de que se habían encontrado importantes minas de oro y diamantes en el Transvaal fue el motivo que impulsó a los británicos a invadir esas pequeñas repúblicas. Al cabo de varios años de guerra, los territorios bóers fueron anexionados al Imperio británico.
  • GUERRAS DEL OPIO.- (1839-1843, 1856-1860). Denominación de dos conflictos bélicos librados entre Gran Bretaña y China, por los cuales las potencias occidentales consiguieron importantes privilegios comerciales y territorios. Este conflicto se inició cuando el gobierno chino intentó poner fin al contrabando de opio realizado por los comerciantes de Gran Bretaña. Los ingleses equilibraban las compras de té y seda chinos con la venta de opio que traían de la India. La primera guerra del Opio comenzó en 1839 cuando las autoridades chinas destruyeron un cargamento de opio en Cantón. Los británicos respondieron a esta acción enviando una expedición de buques de guerra a esta zona en febrero de 1840. Obtuvieron una rápida victoria tras la que se firmó el Tratado de Nanking de 1842. Según este acuerdo China se comprometía a pagar una gran indemnización, abrir cinco puertos al comercio exterior, permitir el asentamiento de súbditos británicos en los mismos y ceder Hong Kong a Gran Bretaña. Asimismo se otorgaba a los ciudadanos de Gran Bretaña residentes en China el derecho a ser juzgados sólo por cónsules británicos. Otros países occidentales reclamaron privilegios similares y también les fueron concedidos. En octubre de 1856, la policía de Cantón abordó el navío Arrow y acusó a su tripulación de realizar contrabando de opio. Los británicos, que ansiaban conseguir mayores derechos comerciales, utilizaron este incidente para lanzar otra ofensiva con la que se inició la segunda guerra del Opio. Las fuerzas británicas ayudadas por las francesas no tardaron en lograr un nuevo triunfo militar en 1857. Cuando el gobierno chino se negó a ratificar el Tratado de Tianjin, firmado en 1858, se reanudaron las hostilidades. En 1860, después de que las tropas británicas y francesas ocuparan Pekín e incendiaran el Palacio de Verano, las autoridades chinas accedieron a aceptar el acuerdo. Las concesiones obtenidas gracias a este convenio fueron las siguientes: la apertura de nuevos puertos comerciales, permiso de residencia en Pekín para emisarios extranjeros, admisión de misioneros cristianos y la posibilidad de viajar al interior de China. La importación de opio fue legalizada en posteriores negociaciones. Así, entre 1885 y 1911, se produjo un verdadero asalto a China por parte de los países europeos y de Japón. Francia se situó al sudeste, Gran Bretaña, en el sur y en el río Yangtsé; Rusia y Japón; en el nordeste, alrededor de Manchuria; y Alemania y Gran Bretaña en la península de Shandong.
  • HOLDING.- Grupo de empresas dirigido por una de ellas, que posee un porcentaje de capital de cada una suficiente para su control. El objetivo principal de un holding no consiste en invertir, sino en dirigir las empresas subsidiarias de aquéllas que lo forman. Se puede llegar a crear un holding con el único objetivo de compartir las políticas de marketing, finanzas y de gestión, o para crear una gran corporación aumentando el volumen de negocios de las empresas sin tener que incurrir en los costes de una oferta pública de adquisición (OPA). Además, permite que cada empresa conserve su marca registrada y su fondo de comercio. Un holding controla, por lo general, más capital del que reflejan sus balances.
  • IMPERIALISMO.- Práctica de dominación empleada por las naciones o pueblos poderosos para ampliar y mantener su control o influencia sobre naciones o pueblos más débiles; aunque algunos especialistas suelen utilizar este término de forma más específica para referirse únicamente a la expansión económica de los estados capitalistas, otros eruditos lo reservan para caracterizar la expansión de Europa que tuvo lugar después de 1870. Aunque las voces imperialismo y colonialismo tienen un significado similar y pueden aplicarse indistintamente en algunas ocasiones, conviene establecer ciertas diferencias entre ellas. El colonialismo, por lo general, implica un control político oficial que supone la anexión territorial y la pérdida de la soberanía del país colonizado. El imperialismo, sin embargo, tiene un sentido más amplio que remite al control o influencia ejercido sobre otra región, sea o no de forma oficial y directa, e independientemente de que afecte al terreno económico o político. En general, imperialismo es el afán de un Estado por extender el ámbito de su poder o de su influencia. Las causas fundamentales del mismo suelen agruparse en: económicas, políticas, demográficas e ideológicas. En concreto, la época del imperialismo, que se extendió desde 1880 hasta 1914, se caracterizó por el ansia de expansión económica de las grandes potencias y su ambiciosa política colonial. Inglaterra se creó un Imperio como soporte de su imperialismo económico. A Inglaterra le siguieron Francia (posesiones en África), Rusia (pretensión hegemónica en los Balcanes y expansión por Asia oriental), los EEUU, Japón y, finalmente Alemania (que justificaba su imperialismo en la necesidad de un espacio vital y de un prestigio mundial). Según la doctrina comunista, el imperialismo es el último estadio del capitalismo, que se caracteriza por la existencia de crisis permanentes.
  • JINGOÍSMO.- (Del ingl. jingo, partidario de una política exterior agresiva). Nacionalismo británico de carácter exaltado, partidario de la expansión violenta sobre otras naciones. Tenía un carácter racista y consideraba necesario el imperialismo pues la “mejor raza del mundo” debía dominar a los pueblos inferiores.
  • MANDATOS.- Desde el punto de vista del Derecho internacional público, los mandatos constituyeron un sistema establecido al concluir la Primera Guerra Mundial que permitía vigilar la gestión o administración colonial de territorios pertenecientes a las grandes potencias derrotadas en la contienda (por ejemplo, los territorios separados del Imperio otomano, como Siria o Líbano que pasaron a estar bajo el mandato de Francia). Según esta nueva fórmula de organización, una potencia colonial (por ejemplo, Gran Bretaña o Francia) ejercía la tutela sobre un determinado territorio en representación de la Sociedad de Naciones. Los países bajo mandato no pertenecían al territorio del mandatario, éste tenía que rendir cuentas de su gestión cada año al Consejo de la Sociedad de Naciones.
  • MIGRACIONES EUROPEAS.- El crecimiento demográfico de Europa, la revolución de los transportes y las diferencias geográficas en la demanda y oferta de mano de obra, resultado de los desequilibrios en el desarrollo económico, provocaron grandes desplazamientos de población durante el siglo XIX. Entre 1815 y 1914 abandonaron Europa 60 millones de habitantes. La mayor parte (personas que no encontraban empleo en sus países) se instalaron en EEUU y también en América Latina. Las mayores emigraciones tuvieron lugar a partir de los cuarenta cuando el hambre asoló Irlanda, el fenómeno migratorio se aceleró en los decenios finales del siglo. Los movimientos de población en el interior de cada país fueron también importantes, el éxodo rural fue unido al desarrollo industrial y a la urbanización.
  • MONOPOLIO.- Situación de mercado en la que un fabricante o distribuidor tiene la exclusiva sobre la elaboración o distribución de un producto. La competencia ha sido eliminada y los consumidores no influyen sobre los precios. Para que un monopolio sea eficaz no tiene que existir ningún tipo de producto sustituto o alternativo para el bien o servicio que oferta el monopolista, y no debe existir la más mínima amenaza de entrada de otro competidor en ese mercado. Esto permite al monopolista el control de los precios. Para ejercer un poder monopolista se tienen que dar una serie de condiciones: 1) control de un recurso indispensable para obtener el producto; 2) disponer de una tecnología específica que permita a la empresa o compañía producir, a precios razonables, toda la cantidad necesaria para abastecer el mercado - esta situación a veces se denomina monopolio ‘natural’; 3) disponer del derecho a desarrollar una patente sobre un producto o un proceso productivo; 4) disfrutar de una franquicia gubernativa que otorga a la empresa el derecho en exclusiva para producir un bien o servicio en determinada área.
  • PATERNALISMO.- Conjunto de doctrinas sociales, políticas y laborales que establecen como modelo para las relaciones sociales el patriarcado. El padre vela por los que considera intereses de sus subordinados y éstos premian sus desvelos acatando su autoridad y demostrándole afecto. Según Rudyard Kipling, la “responsabilidad del hombre blanco” era civilizar a los pueblos considerados inferiores mediante la instrucción y educación. En esa labor destacó la actividad misionera de las iglesias cristianas anglicana, católica y protestante, que justificaban su intervención por la necesidad de evangelizar a los pueblos considerados como primitivos. Es decir, es una modalidad de autoritarismo en la que una persona ejerce el poder sobre otra combinando decisiones arbitrarias e inapelables, con elementos sentimentales y concesiones.
  • PROTECTORADOS.- Territorios en los que teóricamente subsistía y actuaba un gobierno indígena que era respetado formalmente por la administración metropolitana. En la práctica, sin embargo, la metrópoli creaba e imponía un gobierno paralelo y dominante que ejercía unilateralmente las funciones de defensa y representación exterior. En Derecho internacional, es la relación entre dos Estados en la que el Estado fuerte garantiza la protección del débil contra agresiones externas o disturbios internos. Desde el punto de vista de las relaciones exteriores, el Estado protector monopoliza las relaciones diplomáticas con terceros, de modo que es a través de aquél como se concluyen los tratados internacionales. El régimen del protectorado se define por medio del Tratado internacional. El protectorado tiene su propia soberanía, a diferencia de lo que sucede con las colonias o con los territorios bajo mandato. Los servicios públicos del protectorado se asumen por el Estado protector mediante una ocupación militar de carácter pacífico. Algunos protectorados se ejercen sobre naciones pequeñas. Es el caso del que mantiene Francia sobre Mónaco según tratados celebrados en 1918, que impiden al Principado la celebración de tratados sin la intervención francesa. Muchos protectorados tenían como finalidad la intervención del Estado protector ante situaciones de desorden en un territorio determinado en el que aquél tenía importantes intereses concretos o políticos. El protectorado de Alemania sobre Bohemia y Moravia perduró hasta 1945; el de Gran Bretaña sobre Egipto, hasta 1922; el hispano-francés sobre Marruecos y el francés sobre Tunicia, hasta 1956.
  • SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.- Entre 1870 y 1914 se produce la renovación de un sector de la producción, el industrial. La industria aumentará su importancia dentro de la actividad económica de los países desarrollados tanto por el volumen de la renta industrial dentro de la renta nacional, como por el número de personas que trabajan en ella (Ej.: Francia del 28%-1866 al 35%-1906 de la población activa). Este desarrollo acelerado se debe a la natural expansión de la economía, y, sobre todo, a una serie de nuevos descubrimientos que afectaron a las fuentes de energía, a las materias primas y, en consecuencia, a las actividades industriales. La misma importancia que en la primera fase de la revolución industrial tuvieron el descubrimiento de la máquina de vapor, los nuevos procedimientos metalúrgicos y las nuevas máquinas textiles, van a tenerla ahora, el motor de explosión, la bombilla eléctrica o el teléfono. Son la consecuencia del progreso de la física, la química o la biología. Podemos dividir estos inventos en cuatro grandes apartados: 1) Locomoción: ferrocarril y navegación más rápidos, adaptándolos también a las necesidades urbanas (tranvía, metro), la bicicleta, el automóvil, la aviación. 2) Comunicación a distancia: teléfono, telegrafía sin hilos. 3) Comodidad-placer: la calefacción central, el frigorífico industrial, la lámpara eléctrica, la linterna mágica o cinematógrafo. 4) Trabajo: la máquina de coser, la máquina de escribir, la dinamo, la turbina… Se van a utilizar nuevas fuentes de energía (electricidad, petróleo), va a producirse una revolución de los transportes, un aumento de la población, grandes movimientos migratorios, cambios en la organización del trabajo y las empresas, aumento de la producción y del comercio internacional…
  • TAYLORISMO.- TRABAJO EN CADENA / DIVISIÓN DEL TRABAJO.- (Del ingl. taylorism, y este de F.W.Taylor, 1856-1915, ingeniero estadounidense). Método de organización del trabajo que persigue el aumento de la productividad mediante la división sistemática de las tareas, la organización racional del trabajo en sus secuencias y procesos, y el cronometraje de las operaciones, más un sistema de motivación mediante el pago de primas al rendimiento, suprimiendo toda improvisación en la actividad industrial. La taylorización fue creada en los EEUU al final del siglo pasado como forma de cronometrar todas las actividades y controlar la productividad del hombre para evitar pérdidas de tiempos y aumentar los rendimientos. La fabricación en cadena persigue conseguir una mayor productividad incluso a costa de ocasionar trastornos en la personalidad del trabajador: monotonía de un mismo trabajo, especialización detallista, bloqueo hacia otras formas de actividad diversas del trabajador, deshumanización del hombre. Fue en la fábrica de coches Ford en Detroit en 1913 donde se implantó este método de trabajo taylorista con la creciente mecanización de grandes empresas con muchas líneas productivas, asociadas con la aplicación de la cadena de montaje, la selección uniforme de los componentes y de los productos finales. El taylorismo fue desarrollado por Frederick Winslow Taylor y puede considerarse como la racionalización de los procesos productivos. Fue ampliamente expuesto en su obra “The Principles of Scientific Management” (1911). Los movimientos sindicalistas se opusieron a los cambios que implicaba el taylorismo, pero los aceptaron a cambio de recibir un mayor porcentaje de las ganancias de productividad derivadas de la racionalización e intensificación de los procesos productivos. El sistema fordista tenía en sí mismo las simientes de su propia destrucción. La creciente intensificación del trabajo, la más deficiente formación profesional de los trabajadores y la alienación de éstos al realizar tareas mecánicas llevaron a que los trabajadores estuvieran cada vez más descontentos ante la creciente automatización y complejidad de los procesos productivos.
  • TRUST.- Unión de empresas por medio de la cual cada una de ellas pierde su independencia económica al quedar todas ellas sometidas a una dirección única. Incluso puede ocurrir que también pierdan o vean disminuida la independencia jurídica de la que gozaban con anterioridad a la unión, con lo que, por ejemplo, podrá suceder que la responsabilidad por los actos de una de las empresas unidas revierta sobre el trust, o que la capacidad de celebrar contratos quede disminuida o suprimida, al reconocerse en el trust la capacidad última de decisión. La razón para la unión suele estribar en la aspiración de los coaligados al dominio del mercado, a modo de monopolio de hecho. La figura del trust —y de ahí su nombre— tiene un claro origen anglosajón.   

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